En el exuberante estado de Veracruz, México, se esconde un tesoro arqueológico que narra historias de un pasado glorioso: la zona arqueológica de Quiahuiztlán, ubicada sobre el cerro de los metates. Esta antigua ciudad totonaca invita a los viajeros a adentrarse en un fascinante laberinto de plazas, templos y vestigios de una civilización milenaria.
Tiene el nombre Quiahuiztlán, significado de origen náhuatl, que se traduce “Lugar de la lluvia”, y este apelativo no podría ser más preciso, pues la zona se encuentra envuelta en una mística bruma que se intensifica durante la temporada de lluvias.
Sus estructuras, cementerios y tumbas hablan de una civilización floreciente, cuyo legado sigue cautivando a todos aquellos que tienen la oportunidad de explorar este tesoro olvidado a la orilla del Golfo de México.
¿Listo para conocer su historia, cómo llegar y algunos detalles interesantes respecto a sus tumbas?
¡Empecemos!
La historia de Quiahuiztlán puede situarse en 1519, cuando Hernán Cortés y sus huestes desembarcaron en las costas cercanas a la ciudad, estableciendo allí la Villa Rica de la Veracruz, la primera población española en México.
Fue en este contexto que se gestó la alianza entre los totonacas y los españoles, alianza que resultaría crucial para la conquista del Imperio Mexica, siendo así como Quiahuiztlán se convirtió en un lugar esencial en la historia de la conquista de México.
Este asentamiento totonaco, que floreció entre los años 900 y 1521 d.C., fue testigo de invasiones toltecas y mexicas antes de la llegada de los españoles, además, fue considerado un relevante centro en el aspecto político, religioso y en el económico para el pueblo totonaca.
Su estratégica ubicación en la costa del Golfo de México la convirtió en un punto clave para el intercambio de bienes y culturas; ya que, a pesar de su carácter pacífico, también cumplía una función defensiva, pues poseía estructuras fortificadas y su ubicación en lo alto del cerro le brindaba una posición ventajosa para vigilar y protegerse de posibles ataques.
A pesar del paso del tiempo, Quiahuiztlán conserva vestigios impresionantes que permiten a los visitantes imaginar la grandeza de esta antigua ciudad, incluso se han encontrado gran cantidad de restos humanos provenientes de tiempos antiguos.
Es el cerro Bernal el que alberga esta zona arqueológica, la cual desde tiempos inmemorables ha poseído tierras fértiles para distintos tipos de cultivo, así como para la cría de ganado y ha sido suministro de madera por muchos años.
Se han encontrado numerosas tumbas en la zona, algunas de ellas con ofrendas funerarias que revelan las creencias y costumbres de los totonacas. Esta parte del cementerio se estructuró en tres partes, el central, norte y el oriental, sin embargo, la zona poblacional se ubicó hacia el sur.
Además, hay dos estructuras muy bien conservadas, se trata de dos pirámides que se ubican en la plaza central, las cuales eran para adorar a sus dioses y hacer sacrificios.
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Si eres amante de la historia, la arqueología y la naturaleza, este lugar con sus senderos te brindarán las mejores vistas panorámicas del Golfo de México y la exuberante vegetación tropical que rodea el sitio.
Además, hay algunos acantilados muy cerca de la zona arqueológica de Quiahuiztlán, en el pueblo de Villa Rica, que no puedes dejar de visitar.
La ubicación de esta majestuosidad es a un poco más de 30 km al norte de Zempoala, en el municipio de Actopan, Veracruz, última desde la cual debes partir, tomando la federal costera, si vienes desde el Puerto de Veracruz debes saber que está a aproximadamente a más de una hora, unos 76 kilómetros aproximadamente.
Pero puedes buscar el mapa de Quiahuiztlán para mayor ubicación, además, para poder tener acceso al lugar debes tomar en cuenta su horario de atención, que es de martes a sábado desde las 10:00 hasta las 15:30 hrs y el costo de entrada es de $70 MXN.
Estas estructuras funerarias están esparcidas por las laderas del cerro de los metates, y como se mencionó anteriormente, son tres necrópolis principales, la oriental, la central y la del norte.
Las ofrendas funerarias, la orientación de las tumbas y la disposición de los cuerpos nos hablan de sus creencias sobre la muerte, el inframundo y la vida después de la muerte, pues disponen de dos puertas, se cree que una de entrada y una de salida para dar libertad a las almas.
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Un viaje a este sitio arqueológico es una experiencia única que te conectará con el pasado y enriquecerá tu conocimiento acerca de una cultura milenaria; además, las playas de Quiahuiztlán están muy cerca, por lo que al salir de allí, puedes sumergirte en ellas para hacer tu experiencia aún más completa.
Ahora que conoces todas las maravillas que te esperan en esta zona arqueológica, no olvides que en nuestro hotel Emporio podrás disfrutar de la comodidad y el lujo que merecen los viajeros que buscan descubrir los tesoros de Veracruz.
Después de explorar las ruinas de Quiahuiztlán, puedes llegar de tu expedición a nuestro hotel a relajarte en la alberca, disfrutar de la deliciosa comida de nuestros restaurantes o descansar, para en la noche explorar otros destinos interesantes de la ciudad, pues contamos con una ubicación céntrica.
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